"Cuando el gobierno ve a un ecologista jugarse la vida por un huevo de halcón, ve en él un héroe, y cuando ve a un pro-vida en la puerta de una clínica abortista, ve en él a un fanático".

El embarazo ocurre en el cuerpo de la mujer, pero
ambos, hombre y mujer, participan en la procreación del nuevo ser. La pareja debe estar consciente de que la responsabilidad es de los dos, aun en el caso de que el embarazo no fuera planeado.
La primera señal de que hay un embarazo es la suspensión de la menstruación o regla. El diagnóstico es sencillo: se lleva a cabo mediante una prueba de orina. La mujer puede sentir cansancio, necesidad de dormir más, mareos, náuseas y vómitos, pero no siempre se presentan estos síntomas. Alrededor del tercero y el sexto mes, el vientre empieza a crecer.
En ocasiones, cuando la procreación no es planeada, algunas parejas, y muchas veces las mujeres solas, deciden la interrupción del embarazo, lo cual se conoce como aborto, que en nuestro país es un delito, salvo en ciertas condiciones, por ejemplo, cuando el embarazo es resultado de una violación o cuando la mujer embarazada corre peligro de muerte. Generalmente, debido a su carácter delictivo, se practica en condiciones clandestinas, inadecuadas e insalubres y por personas no especializadas, lo que pone en riesgo la vida de las mujeres y puede provocar esterilidad.