"Cuando el gobierno ve a un ecologista jugarse la vida por un huevo de halcón, ve en él un héroe, y cuando ve a un pro-vida en la puerta de una clínica abortista, ve en él a un fanático".

El embarazo ocurre en el cuerpo de la mujer, pero
ambos, hombre y mujer, participan en la procreación del nuevo ser. La pareja debe estar consciente de que la responsabilidad es de los dos, aun en el caso de que el embarazo no fuera planeado.
La primera señal de que hay un embarazo es la suspensión de la menstruación o regla. El diagnóstico es sencillo: se lleva a cabo mediante una prueba de orina. La mujer puede sentir cansancio, necesidad de dormir más, mareos, náuseas y vómitos, pero no siempre se presentan estos síntomas. Alrededor del tercero y el sexto mes, el vientre empieza a crecer.
En ocasiones, cuando la procreación no es planeada, algunas parejas, y muchas veces las mujeres solas, deciden la interrupción del embarazo, lo cual se conoce como aborto, que en nuestro país es un delito, salvo en ciertas condiciones, por ejemplo, cuando el embarazo es resultado de una violación o cuando la mujer embarazada corre peligro de muerte. Generalmente, debido a su carácter delictivo, se practica en condiciones clandestinas, inadecuadas e insalubres y por personas no especializadas, lo que pone en riesgo la vida de las mujeres y puede provocar esterilidad.

Qué es?


Hoy existen diferentes definiciones de lo que es el aborto:

El aborto (del latín abortus o aborsus, de aborior, ‘contrario a orior’, ‘contrario a nacer’), también llamado interrupción voluntaria del embarazo –o IVE– consiste en provocar la finalización prematura del desarrollo vital del embrión o feto para su posterior eliminación –con o sin asistencia médica, y en cualquier circunstancia social o legal–, que se realiza antes de que la gestación haya alcanzado las 20 semanas. Posteriormente, la interrupción se denomina parto pretérmino. Es distinto, por tanto, del «aborto espontáneo», que se refiere al hecho que se presenta de manera natural y sin que medie voluntad de eliminar al nasciturus (‘el que ha de nacer’) por parte de la madre o por parte del médico que atiende el trabajo de parto.

Además, se entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto sobrevive como si muere.

Un aborto es la terminación de un embarazo. Es la muerte y expulsión del feto antes de los cinco meses de embarazo. Después de esta fecha, y hasta las 28 semanas de embarazo se llama parto inmaduro y parto prematuro si tiene más de 28 semanas. Se dice que hay aborto completo cuando se expulsa con el feto la placenta y las membranas. Hay retención placentaria cuando se expulsa solamente el feto y se dice que hay restos uterinos cuando sólo se expulsa una parte del producto de la concepción. A veces es difícil distinguir realmente lo que se ha expulsado, dadas las alteraciones que sufre no sólo el feto, sino la placenta y las membranas.

Tipos de aborto

Teniendo en cuenta las causas que originan el aborto, se clasifica en:
-Aborto espontáneo o natural
-Aborto provocado
-Aborto terapéutico

Aborto espontáneo o natural:
El aborto espontáneo se debe tanto a defectos paternos como maternos. Respecto a los primeros, es digno de señalar que del 40% al 50% de los abortos espontáneos de origen materno son atribuidos a la sífilis, muchas veces desconocida, ignorada, o negada a sabiendas. El restante 50% se debe a alcoholismo habitual y crónico, agotamiento físico o intelectual, vejez entre otras.
La causa de orden materno es variada. Las malformaciones de cada uno de los órganos del aparato genital femenino; los pólipos, fibromas, cánceres, las endometritis, entre otras. También algunas enfermedades como diabetes, hipertensión, o enfermedades producidas por infecciones bacterianas o virales son causantes de aborto espontáneo.
Como causas conjuntas, paternas y maternas, y que actúan a la vez, podemos citar los matrimonios muy jóvenes, los tardíos, la vejes prematura o la decrepitud de uno de los cónyuges, la miseria, el hambre, la privaciones, el terror, la desesperación, el alco-holismo común, la sífilis o la tuberculosis, también padecidas conjuntamente. Todas estas causas pueden actuar en el momento propulsor de la fecundación. Otras causas de aborto espontáneo son las malformaciones del embrión.

Aborto provocado o aborto criminal:
Algunos pueblos no consideran acto criminal el aborto provocado, ya que entre ellos es conceptuado como un acto natural. Este criterio se ha mantenido en ciertas civiliza-ciones y hoy es practicado impunemente en ciertas sociedades.
En Europa Occidental el aborto es más o menos duramente reprimido, según la política de natalidad llevada por los países en cuestión. Sin embargo, y pese a la persecución penal de que es objeto, sus prácticas se desarrollan clandestinamente, y muy a menudo, sin las necesarias garantías de higiene y asepsia, lo cual provoca graves lesiones o la muerte a la embarazada.
Dentro de este grupo se incluye el aborto producido por imprudencia. Su distintiva es su carácter negativo de omisión voluntaria o imprudencia unido a la aceptación de los resultados abortivos.

Aborto terapéutico:
Es el que tiene por objeto evacuar científicamente, por medio de maniobras regladas, la cavidad uterina, vaciándola de todo sus contenido. Este aborto lo verifica un médico especializado y se toman las medidas precisas para salvaguardar la vida de la paciente, seriamente amenazada. Se realiza cuando la vida del feto se considera pérdida (producto muerto) o representa un gravísimo peligro para la madre.

Otras clasificaciones del aborto son:

Aborto ético o humanitario. Cuando el embarazo ha sido consecuencia de una ac-ción delictiva, fundamentalmente violación o relaciones incestuosas. En estos casos se ha evaluado el riesgo de embarazo en torno a un 1% de todas las violaciones.

Aborto psicosocial. Es el realizado por razones personales, familiares, económicas, sociales,... de la mujer. Es indiscutible que esta indicación incluye el máximo porcentaje de abortos realizados en el mundo.

Aborto eugénico. También podría llamarse de “indicación fetal” o “preventivo”. Es el planteado cuando existe importante riesgo o probabilidad de que el nuevo ser está afectado por anomalías o malformaciones congénitas. Hoy el diagnóstico prenatal ha desarrollado una serie de técnicas que permiten una importante aproximación al cono-cimiento del no-nacido. Pero hay que tener en cuenta que la medicina se mueve fre-cuentemente dentro de unos márgenes de probabilidades mayores o menores, y fre-cuentemente, ante la duda, se están realizando occicisiones de fetos normales. Pero también hay que tener en cuenta, que todo ser humano tiene una intrínseca dignidad y un derecho a la vida que no depende de su integridad física o de sus niveles intelec-tuales.

Causas

El principal problema del aborto es psicológico y es el miedo:


-Miedo por falta de capacidades económicas para alimentar al hijo. Este temor se debe a la falta de confianza en Dios ya que lo más bello y lo más querido para una madre es su propio hijo. Desafortunadamente ésta sociedad de consumo y de falsos valores en que vivimos, ha desvalorizado al niño que debe venir a éste mundo y con su racionalismo ha creado un falso temor. Veamos un gran ejemplo: Kay James, directora de relaciones públicas para el MOVIMIENTO PROVIDA en Estados Unidos habla de una mujer de color terriblemente pobre, abandonada por su marido alcohólico, que tuvo su cuarto bebé sobre una mesa "ese bebé era yo", dice la Sra. James graduada de la Universidad y madre de tres hijos.

-Miedo a lo que digan sus padres o las demás personas. (Cuando la joven es embarazada durante el noviazgo). Realmente los conceptos y los razonamientos humanos, de padres o terceras personas ante las leyes de Dios, no deben impedir que venga una criatura a éste mundo. "Yo iba a ser el séptimo hijo y mi madre estaba decidida a no dejarme nacer. Entonces sucedió algo maravilloso. Mi tía la hizo cambiar de opinión y así me fue permitido nacer. Se puede decir que soy un milagro". Arthur Rubenstein, pianista.

-Miedo a los 9 meses de embarazo y al dolor del parto. Realmente la misión más grande de toda mujer, es ser madre y traer hijos al mundo. Si los animales que son irracionales no se niegan este derecho ¿Por qué, la mujer va a tener miedo, si es una función natural que corresponde a su naturaleza femenina?

-Problemas de salud. Debemos recordar que Beethoven el gran músico que asombró con su música divina, y que todavía escuchan aquellos que quieren dar alimento y aliento a su alma; su madre fue tísica y su padre alcohólico.

-Violación. La violación es un abuso horrible con efectos traumáticos para muchas de sus víctimas. Para una mujer que lleva en sus entrañas una criatura fruto de una violación no es ningún consuelo el saber que el embarazo raramente ocurre en éstos casos.

Cómo se practica?

El aborto puede ser inducido de muchas maneras, y la elección depende del tiempo de desarrollo del embrión o feto, de la salud de la madre, del contexto socioeconómico en el que se tome la decisión y se realice el acto, especialmente el acceso a los servicios médicos, y de los límites puestos por la legislación, entre muchos otros factores.

Aborto químico
Consiste en la interrupción del desarrollo del embrión y en su eliminación por el canal del parto, todo ello inducido por lo que suele ser una combinación de fármacos. Sólo es factible en las primeras semanas del embarazo y representa el 10 por ciento de los abortos realizados en los Estados Unidos y en Europa. Este tipo de procedimiento suele ser el preferido cuando es posible, porque no requiere anestesia ni tampoco una intervención quirúrgica (el uso de instrumentos), siendo los mayores inconvenientes el sangrado y que la mujer puede observar el proceso y el embrión expulsado, lo que es psicológicamente doloroso para aquellas mujeres que dudan de la moralidad o de la conveniencia del acto. El procedimiento ve reducida su efectividad después de la séptima semana de desarrollo. A pesar de su relativa sencillez, el proceso requiere una vigilancia médica conti-nuada para asegurar el éxito, para prevenir posibles complicaciones, y también a me-nudo porque la evacuación es incompleta y requiere la intervención final de un médico. Los regímenes más comunes son:

•Metotrexato más misoprostol. El metotrexato se administra con una inyección y afecta a las células en proliferación del embrión, provocando la interrupción de su desarrollo. Unos días después, la administración de misoprostol, un análogo semisintético de la PGE1 prostaglandina que estimula la contracción del útero, provoca la expulsión de sus restos. El procedimiento está contraindicado en distintas condiciones médicas, como por ejemplo la insuficiencia renal.

•Mifepristona con o sin misoprostol. La mifepristona (RU-486) es antagonista de la progesterona, hormona necesaria para la continuidad de la gestación, y pue-de administrarse hasta 49 días después de la última regla. Si, tras su uso, no se produce la expulsión del producto, ésta se estimula con misoprostol, que cumple la misma función que en el protocolo anterior. Igualmente presenta contraindicaciones diversas, por ejemplo con el uso previo continuado de terapias basadas en esteroides.

•Misoprostol solo. Raramente usado, requiere una dosificación muy precisa y una vigilancia médica especialmente intensiva por riesgo de hemorragia grave o rotura uterina, cuando se emplea en la interrupción de la gestación a partir de la semana 12hasta la 20.


Aborto quirúrgico
Se denomina aborto quirúrgico al conjunto de técnicas quirúrgicas que tienen el fin de provocar el aborto, es decir, terminar voluntariamente el proceso gestacional. La elec-ción de una u otra técnicas depende de cuán avanzado esté el embarazo y si el dilatación cervical resulta o no necesaria.

•Por envenenamiento salino. Se extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza "el parto" y da a luz un bebé muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.

•Por Succión. El método quirúrgico más empleado antes de las 7 semanas de embarazo es el aborto por aspiración. Consiste en la remoción del feto o del embrión a través de succión, usando una jeringa manual o una bomba eléctrica de aspiración. La aspiración manual se denomina también mini succión o extracción menstrual. Se aplica sólo durante las primeras semanas y no requiere dilatación cervical. Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y absorbe "el producto del embarazo", depositándolo después en un balde. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión. Algunas veces las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma.

•Por Dilatación. El método de dilatación y raspado es un método general que se emplea también durante el examen médico para tomar muestras o para la detección de ciertos tipos de cáncer. Se conoce también con el nombre de na-cimiento parcial, y suele hacerse entre la sexta y la decimocuarta semanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que este método no se use salvo cuando la aspiración manual no es factible, y de hecho su uso es po-co frecuente. En este método se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla filosa en la punta con la cual se va cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo el bebé es ya demasiado grande para extraerlo por succión; entonces se utiliza el método llamado por dilatación y curetaje. La cureta se emplea para desmembrar al bebé, sacándose luego en pedazos con ayuda de los fórceps. Este método está convirtiéndose en el más usual.

•Por "D&X" a las 32 semanas. Este es el método más espantoso de todos, también es conocido como nacimiento parcial. Suele hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento Después de haber dilatado el cue-llo uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una piernecita, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé. Así extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta; el abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del bebé que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el bebé muera y que su cabeza se desplome. A continuación extrae a la criatura y le corta la placenta.

•Por Operación Cesárea. Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al niño extraído se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de salvar al bebé sino de matarlo.

•Mediante Prostaglandinas. Este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el aborto a la mitad del embarazo y en las últimas etapas de éste. Su principal "complicación" es que el bebé a veces sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la "efectividad" de éstas.

•RU-486. Se trata de una fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina, que es eficiente si se la emplea entre la primera y la tercera semana después de faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al diminuto bebé, al privarlo de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce luego de varios días de dolorosas contracciones.

Cuáles son las consecuencias?

En la mayoría de los casos a la mujer nunca le dijeron todo lo que le podía pasar. Muchas veces, se explica el aborto como un procedimiento quirúrgico clínicamente seguro. Pero los aspectos del llamado procedimiento "seguro" pueden dejar un deterioro físico permanente, sin mencionar el potencial de problemas psicológicos crónicos.

El aborto, además de terminar con el embarazo, y la existencia del embrión o feto según el caso, no es una intervención exenta de riesgos para la madre. Sin embargo, los riesgos son menores que los de un parto normal. Los riesgos de métodos abortivos, como todos los procedimientos mínimamente invasivos, tienen un riesgo mínimo de complicaciones serias. Este riesgo puede aumentar dependiendo cuán avanzado este el embarazo.

Entre las complicaciones físicas del aborto en la mujer están las infecciones, las hemorragias, las complicaciones debido a la anestesia, las embolias pulmonares o del líquido amniótico, así como las perforaciones, laceraciones o desgarros del útero. Estadís-ticamente hablando, se estima que el riesgo inmediato de dichas complicaciones es de un 10%, pero el de las complicaciones a largo plazo es entre el 20 y el 50%.

Además de las complicaciones físicas, las mujeres sufren emocional y espiritualmente de lo que ya se ha identificado como el "Síndrome postaborto." Estos efectos del aborto incluyen sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, depresión, baja autoestima, insomnio, diversos tipos de neurosis y de enfermedades psicopáticas, tendencia al suicidio, pesadillas en las que aparecen los restos del bebé abortado, recuerdos dolorosos en la fecha en que hubiera nacido, etc.

Entre los efectos físicos se encuentran:
•Esterilidad, si se dejan restos del niño en el útero.
•Abortos espontáneos.
•Embarazos ectópicos. El aborto está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos ectópicos posteriores. Los embarazos ectópicos, a su vez, amenazan la vida y pueden llevar a un descenso en la fertilidad.
•Nacimientos de niños muertos.
•Trastornos menstruales.
•Hemorragia, Necesitando muchas veces transfusiones de sangre pues se pier-de mucha.
•Infecciones.
•Shock.
•Coma.
•Útero perforado.
•Peritonitis.
•Coágulos de sangre pasajeros.
•Fiebre/sudores fríos.
•Intenso dolor.
•Perdida de otros órganos.
•Llanto/suspiros.
•Insomnio.
•Pérdida de apetito.
•Pérdida de peso.
•Agotamiento.
•Comer constantemente.
•Nerviosismo.
•Disminución de la capacidad de trabajo.
•Vómitos.
•Trastornos gastrointestinales.
•Frigidez.
•Muerte.

Estos no son los únicos, existen muchos más que no se dan en ese momento sino después como es el cáncer de mama, impresionante verdad, en realidad no se pen-saría que el aborto incrementa los riesgos de tener esta enfermedad y no solo este tipo de cáncer se puede dar sino también el cervical, de hígado y ovarios.

Además, estos efectos concurren en los mismos procedimientos para abortar:

•El aborto por succión, legrado, o aspiración, puede causar: infección, trauma de cérvix, peritonitis, endometritis, laceración o perforación del útero, hemorragia, trauma renal, inflamación de la pelvis, embolismo, trombosis, esterilidad, etcétera.

•El aborto por dilatación y curetaje presenta los mismos riesgos que el método anterior, además de perforación uterina, hemorragia, infección del tracto genital, laceración intestinal, absceso pélvico y tromboembolismo.

•El aborto por dilatación y evacuación tiene los riesgos descritos para todos los sistemas anteriores, además de infección pélvica, renal, de la cérvix e infección peritoneal. Además, puede provocar que la mujer tenga futuros embarazos ectópicos, o bebés con peso por debajo del normal, o incluso nacidos muertos, o con serias malformaciones.

•Un aborto por inyección salina tiene por posibles consecuencias, la ruptura del útero, embolismo pulmonar o coágulos intravasculares.

•El aborto mediante la suministración de prostaglandinas puede provocar la ruptura del útero, sepsis, hemorragias, paro cardíaco, vómito y aspiración de éste, embolia cerebral y fallo renal agudo.

•El aborto mediante la erróneamente nombrada extracción menstrual, que se practica sólo en las primeras siete semanas del embarazo, es un método que no discrimina entre que la paciente esté embarazada o no, actuando en ambos casos. Además, puede realizarse sólo una aspiración incompleta, que conlle-vará una posterior infección.

•El aborto mediante la suministración de mifeprex o mifepristona (RU-486) pue-de conllevar una grave infección bacteriológica, sepsis sanguínea y sangrado prolongado y abundante, lo que podría requerir una cirugía y posterior muerte de la madre. A su vez, el fármaco que se utiliza junto con la RU-486: misoprostol (Cytotec), puede causar sangrado excesivo, pérdidas de sangre, calambres, etcétera. En ocasiones, los bebés han sobrevivido a la ingesta, por parte de la madre, de estos fármacos; en estos casos, casi siempre han nacido con anormalidades físicas y mentales. •El aborto por nacimiento parcial conlleva serios riesgos de ruptura o perforación del útero, lo que podría causar una hemorragia y terminar en una histerectomía –extracción del útero–.

•La píldora del día después, –o anticonceptivo de emergencia–, debido al LNG (Levonorgestrel) que contiene conlleva alteraciones patológicas vasculares: hemorragias, microhemorragias, spotting, etcétera. Diversos estudios, afirman también que este fármaco induce cambios funcionales en los vasos sanguíneos


Lo tratado en lo anterior hablaba que existen diferentes tipos de consecuencias, ahora hablaremos sobre las consecuencias psicológicas, las que afectan mucho a la madre.
Aquí está una lista de los varios efectos psicológicos que se pueden dar:
•Culpabilidad.
•Estrés, debido al síndrome del post-aborto.
•Impulsos suicidas.
•Sensación de pérdida.
•Insatisfacción.
•Sentimiento de luto.
•Pesar y remordimiento.
•Retraimiento.
•Pérdida de confianza en la capacidad de toma de decisiones.
•Inferior autoestima.
•Hostilidad.
•Conducta autodestructiva
•Ira/ rabia.
•Desesperación.
•Intenso interés en los bebés.
•Instintos maternales frustrados.
•Odio a todos los que tuvieron algo que ver con el aborto.
•Deseo de acabar la relación con su pareja.
•Pérdida de interés en el sexo.
•Incapacidad de perdonarse a sí misma.
•Sentimiento de deshumanización.
•Ataques/ temblores.
•Pesadillas.
•Frustración.
•Abuso de los niños.
•Abuso de las drogas.


“No es un trabajo ni fácil ni agradable. "Hay momentos de cansancio, sombríos momentos en los que creo no poder aguantar un recipiente más lleno de restos sangrientos, en que no creo poder pronunciar alguna otra clase de frase de consuelo", escribió. "...me preparo para el siguiente recipiente, para otra breve y áspera pérdida.'¿Cómo aguantas?' Hasta los pacientes preguntan...observo desinflarse el abdomen hinchado de una mujer en tan sólo unos momentos y mi propio estómago se estremece de dolor, de pesar".

¿Cuál es el impacto emocional en las personas que realizan abortos? Quienes los hacen han escrito y dicho lo suficiente como para mostrar que no se trata de un proce-dimiento médico cualquiera. Algunos tienen pesadillas. Otros sufren muchos de los síntomas asociados con el Desorden de Estrés Post-traumático (PTSD), alguna vez llamado "neurosis de guerra" y "fatiga de batalla". La práctica de la medicina, de curar, no debería dar pesadillas, no debería causar una neurosis de guerra. Es notable la poca atención y estudio prestado a los médicos, enfermeras, consejeros y demás trabajadores de las clínicas abortivas.

Algunos estudios de la reacción de aquellos que practican el aborto fueron realizados por personas a favor del aborto legal, no obstante lo cual, ambos notan la alta frecuencia de los síntomas que se enmarcan en la condición conocida hoy como Desorden de Estrés Post-Traumático (PTSD). Uno de los estudios describe que "eran frecuentes los pensamientos obsesivos sobre el aborto, depresiones, fatiga, ira, baja autoestima y problemas de identidad. El complejo sintomático fue considerado un 'desorden reactivo transitorio', similar a la 'fatiga de batalla'".

El otro estudio mostró síntomas similares: "Los periodos ambivalentes se caracteriza-ban por una variedad de sentimientos otrora poco comunes y un comportamiento que incluía aislamiento de los colegas, resistencia a ir al trabajo, falta de energía, impa-ciencia con los clientes y un sentimiento de desasosiego general. Pesadillas, imágenes que no se iban y preocupación era elementos comunes. También era común la profunda y solitaria intimidad en la que los médicos se enfrascaban para afrontar esta ambivalencia. Todavía no puede afirmarse que los médicos abortistas sufren de PTSD porque realizan abortos. Es difícil de probar: Puede ser difícil determinar quién y quien no está realizando abortos; aquellos que han sufrido más ya pueden haber dejado la práctica; puede ser que las personas que han sufrido eventos traumáticos en el pasado están más inclinados a participar de los abortos; finalmente, el debate político actual puede afectar la manera en cómo percibe la gente su trabajo.

Qué se piensa?

A través de la historia, el aborto ha sido frecuente materia de controversia por sus implicaciones éticas, morales y sociales. Ha sido prohibido o limitado en diversas sociedades y permitido en otras, aunque los abortos continúan siendo comunes incluso donde la presión social o la ley se oponen a ellos.

El argumento esgrimido por los que rechazan el aborto –autodenominados Provida–, es “que el embrión o feto, es un ser humano con derechos humanos, incluido el de nacer, crecer y tener una familia”. Mientras los que defienden la libre elección de la mujer –y autodenominados Pro elección; esgrimen el argumento de que “Toda mujer tiene derecho a la privacidad, a la salud y a la integridad física, por tanto debe escoger si tiene o no un aborto, más aún en situaciones extremas, como embarazo luego de una violación, malformación diagnosticada del bebé o cuando peligra su vida”

Se estima que cada año 46 millones de mujeres recurren al aborto inducido para dar por terminado un embarazo no deseado. El tratamiento legislativo varía enormemente de un país a otro, pero actualmente el 62 por ciento de la población mundial vive en 55 países donde el aborto inducido está permitido, mientras que el 25 por ciento de la población mundial vive en países que lo prohíben y penalizan. La OMS estima que cada año ocurren 20 millones de abortos inducidos.


La despenalización y legalización del aborto
Los partidarios de la liberalización del aborto suelen adoptar como punto de vista lo que puede llamarse "ética de las consecuencias", respondiendo a esta pregunta: si se hace legal el aborto ¿las consecuencias serán mejores o peores que las que se obtienen con el aborto ilegal? Se allegan así las beneficiosas consecuencias en el orden de la higiene, evitar la clandestinidad, decidir libremente sobre "el propio cuerpo", etc.

Quienes se oponen, en cambio, a la legalización del aborto adoptan comúnmente la perspectiva que puede denominarse "ética de los principios". Se toma como punto de partida el principio del respeto a la vida humana.

En la cuestión de los proyectos de ley para legalizar el aborto, algunos partidarios de la legalización necesitan argumentar. Una tarea que se toman en serio porque, muchos de ellos saben que el aborto, en sí, es anormal, y también repugnante. Si el aborto fuese generalmente considerado una operación más o menos delicada, pero sin más consecuencias, los partidarios del aborto no tendrían necesidad de vencer resistencias. Esas resistencias existen no sólo en una parte de la población, sino en una parte de los decididos defensores de la legalización del aborto.
Al igual que ha sucedido en años anteriores, se ha desatado en México otra campaña a favor del aborto. Se ha hablado acerca de la conveniencia de efectuar un debate en nuestro país para decidir si es factible despenalizarlo o no.

Es básico que el público llegue a ver la despenalización del aborto como un mero ex-pediente para dar legalidad a algo que sucede ya en la realidad. Una cuestión de salud pública, una manera de ahorrarle al gobierno los costos que ocasionan las "complicaciones" de los abortos mal practicados, una situación de igualdad y justicia, para que todas las clases sociales tengan derecho a un "aborto digno".
Los partidarios de una graduación en la despenalización intentan conseguir diversos grados de conciliación entre el derecho de la madre y el derecho fundamental a la vida. Normalmente se intentan apoyar en argumentos científicos sobre el desarrollo humano para poder señalar unos límites legales en la interrupción del proceso del embarazo.

En el último tiempo, algunos organismos de protección de derechos humanos han abogado por la despenalización del aborto al considerar que su prohibición viola los derechos humanos de las mujeres. Entre otros, se encuentran la Comisión Interameri-cana de Derechos Humanos (CIDH), la Corte Europea de Derechos Humanos, Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Amnistía Internacional (AI).

La mayor parte de las legislaciones reguladoras, tanto las permisivas como las restrictivas, distinguen entre aborto terapéutico y aborto electivo.

Aborto terapéutico
Es el que es justificado con razones médicas:
•para salvar la vida de la madre, cuando la continuación del embarazo o el parto significan un riesgo grave para su vida;
•para salvar la salud física o mental de la madre, cuando éstas están amenaza-das por el embarazo o por el parto;
•para evitar el nacimiento de un niño con una enfermedad congénita o genética grave que es fatal o que le condena a padecimientos o discapacidades muy graves, o
•para reducir el número de fetos en embarazos múltiples hasta un número que haga el riesgo aceptable.

Para la Organización Mundial de la Salud, este tipo de aborto debe estar autorizado por la legislación de cada país, con el fin de evitar las miles de muertes de personas producidas anualmente: "Aborto legal para no morir". Los objetores aducen que no es ético sacrificar a unos para salvar a otros.

Aborto electivo
El realizado por otras razones. Cuando el embarazo es el resultado de un delito de naturaleza sexual (violación) o de la aplicación de una técnica de reproducción asistida no consentida por la madre.
También se incluyen, como razones: la minoría de edad de la madre, la incapacidad para cuidar a un hijo por razones económicas o sociales y el deseo de ocultar el es-tigma que representa en ciertos contextos sociales un embarazo fuera del matrimonio.

Aborto por indicación médico-legal
Se entiende por aborto por indicación médico-legal al acto médico o quirúrgico que consiste en la interrupción voluntaria de la gestación en los casos en que el derecho interno de cada país prevé la no imposición de una pena por tal motivo, aunque el aborto en general sea considerado un delito.
La importancia del aborto por indicación médico-legal está en que facilita que estas interrupciones se practiquen dentro del ámbito sanitario institucional, eliminando riesgos innecesarios para las mujeres.


El aborto y los derechos humanos
Desde el punto de vista de los derechos humanos, existen varios enfoques ético-filosóficos opuestos:
•el que defiende el derecho a interrumpir el proceso vital del cigoto, del em-brión o del feto en cualquier punto de ese proceso. Desde este punto de vista, se otorga a la mujer embarazada del derecho a interrumpir la gestación y por tanto a la elección de la maternidad, el cual prima sobre cualquier otro que se quiera otorgar a la gestación.
•el que defiende el derecho a interrumpir el proceso vital sólo hasta cierto desarrollo del mismo. Este punto de vista se apoya en una visión de "desarrollo por fases" del sujeto gestado. En este punto de vista no se observan derechos para el cigoto o el embrión, pero sí para el feto a partir de determinado punto de desarrollo que puede ser variable. Además, el derecho a la interrupción del embarazo de la embarazada se puede ampliar dependiendo de circunstancias adicionales, como la malformación del feto, violación o peligro para la vida de la madre.
•el que defiende la no interrupción del proceso del cigoto, del embrión o del feto, sin importar su punto de desarrollo. Este punto de vista se basa en la defensa de ese proceso vital al dar la consideración de "vida humana" a la su propia existencia. Bajo este punto de vista, la mujer embarazada no tiene dere-cho a terminar con la gestación interrumpiendo el proceso de embarazo en cualquier fase de desarrollo.


El aborto y la religión

-La tradición judía es proclive a la santidad del feto, y no permite el aborto a solicitud. Sin embargo, permite el aborto bajo determinadas circunstancias, porque no considera al feto como persona autónoma. La Mishná indica explícitamente la admisibilidad del aborto si la continuidad del embarazo pudiera poner en peligro la vida de la madre. El judaísmo ortodoxo no admite otra causa que el peligro para la vida materna, en tanto el judaísmo conservador considera también la posibilidad de graves daños a la salud física o mental, o cuando el feto es inviable o padece graves defectos, según opinión médica experta.

-El budismo no contempla la existencia de un alma insuflada o creada por una divinidad, por lo que su doctrina no establece un tiempo concreto que aconseje o no el aborto. No obstante, la doctrina budista sí que observa una evolución del desarrollo embrionario y sus capacidades, por lo que observa una graduación en la gravedad moral en el acto de abortar en función de la evolución de la consciencia en el no-nacido. De manera general el budismo no condena con excesiva gravedad el aborto aunque señala las posibles graves consecuencias para la estabilidad emocional de la madre. En la práctica algunas comunidades budistas como la japonesa celebran ceremonias rituales (Mizuko kuyo) de reparación emocional para aquellas mujeres que han experimentado un aborto y así lo solicitan. En una obligada investigación de las causas de las acciones que demanda el budismo a sus seguidores, en general se observa el contexto de la situación que puede empujar a una mujer a esta decisión. De manera que el aborto, aun siendo considerado una situación muy poco afortunada o que puede ser producto del aferramiento al deseo sensual, no llega a tener la misma consideración de gravedad que otras acciones. Por ejemplo, el budismo menciona numerosos ejemplos sobre la gravedad de acabar con la vida de un animal adulto como un perro, un elefante o un caballo. Pero no respecto a un aborto de cinco o seis semanas. No aparece pues una norma general en el budismo que enseñe una prohibición o aprobación en cualquier situación, sino que se tiende a observar cada caso y sus circunstancias. Los países en donde la religión budista es mayoritaria (como Tailandia, Camboya o Japón) se aplican leyes de plazos y supuestos que permiten el aborto. De entre todos ellos, el caso de mayor permisividad y despenalización es el japonés.

-El hinduismo considera el aborto desde sus textos de una manera quizás más radical que otras religiones, al considerar que el alma humana está presente desde la misma concepción sin un debate de peso. La noción religiosa de no-violencia hacia cualquier manifestación de la vida fue además subrayada en la era moderna por Gandhi, el pa-dre de la moderna nación india. Al lado de esto, muchos textos religiosos como el Sve-tasvatara Upanishad afirman que el dios creador (Bhrama) pone sus semillas para la vida, y por lo tanto el aborto se considera un mal acto y un mal karma. Los textos religiosos hinduistas además animan a tener descendencia. Las creencias del mundo hinduista son variadas pero derivando casi todas ellas de sus antiguos textos sagrados, los Vedas. El mundo hinduista sacraliza la vida y sus manifestaciones.

-La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción. Todo hombre y toda mujer, si no quieren negar la realidad de las cosas y defienden la vida y la dignidad humanas, han de procurar por todos los medios lícitos a su alcance que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e indefen-sos. Pero los católicos saben que la dignidad de la persona humana tiene su más pro-fundo fundamento en el hecho de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que quiso ser hombre por amor a todos y cada uno de nosotros. Por eso los católicos, va-loran en toda su dimensión el drama terrible del aborto como un atentado contra esta dignidad sagrada. Más que de obligaciones adicionales, pues, habría que hablar de una más profunda y plena comprensión del valor de la persona humana, gracias a nuestra fe, como fundamento para nuestra actitud en favor de la vida, ya que sabemos que el olvido de Dios lleva con más facilidad al olvido de la dignidad humana. Quien consciente y deliberadamente practica un aborto, acepta que se lo practiquen o presta una colaboración indispensable a su realización, incurre en una culpa moral y en una pena canónica, es decir, comete un pecado y un delito.

Argumentos a favor y en contra del aborto



Hay muchos argumentos que se han difundido insistentemente, especialmente en aquellos países donde, con cualquier motivo, intentan buscar la legalización del aborto o ampliarlo allí donde ya se ha legalizado alguna de sus formas.


Es inhumano no legalizar el "aborto terapéutico" que debería realizarse cuando el em-barazo pone a la mujer en peligro de muerte o de un mal grave y permanente

La Verdad: En este caso el término "terapéutico" es utilizado con el fin de confundir. "terapia" significa curar y en este caso el aborto no cura nada. Actualmente, la ciencia médica garantiza que prácticamente no hay circunstancias en la cual se deba optar ente la vida de la madre o la del hijo. Ese conflicto pertenece a la historia de la obste-tricia. Ya en 1951, el Congreso de Cirujanos del American College dijo que "todo el que hace un aborto terapéutico o ignora los métodos modernos para tratar las compli-caciones de un embarazo o no quiere tomarse el tiempo para usarlos". El temido caso de los embarazos "ectópicos" o que progresan fuera del útero materno están siendo manejados médicamente cada vez con mayor facilidad. Por otro lado, el código de ética médica señala que en el caso de complicaciones en el embarazo deben hacerse los esfuerzos proporcionados para salvar a madre e hijo y nunca tener como salida la muerte premeditada de uno de ellos.


Es brutal e inhumano permitir que una mujer tenga el hijo producto de una violación, por ello, para estos casos, debería legalizarse el aborto llamado "sentimental".

La Verdad: En primer lugar los embarazos que siguen a una violación son extrema-damente raros. Procurar una legislación en base a una excepción en vez de una regla es totalmente irracional desde el punto de vista jurídico. Es obvio que el espantoso crimen de la violación es utilizado para sensibilizar al público en favor del aborto, al presentar al fruto inocente de una posible concepción brutal como un agresor. Es claro que la mujer ha sufrido una primera espantosa agresión, la de la violación. Presentar el aborto como una "solución" es decir que un veneno hay que combatirlo aplicando otro. El aborto no va a quitar ningún dolor físico o psicológico producido en una violación. Al contrario, le va a agregar las complicaciones físicas y psíquicas que ya el aborto tiene de por sí. Por otro lado, el fruto de este acto violento es un niño inocente, que no carga para nada con la brutal decisión de su padre genético. Por otro lado, los legisladores más expertos señalan que legalizar el aborto "sentimental" es abrirle la puerta a serias complicaciones jurídicas: prácticamente cualquier unión, incluso consensual, podría ser presentada como contraria a la voluntad de la mujer y, por tanto, una violación. Finalmente, el argumento más importante, es que el aborto por violación no es siquiera aceptado por sus verdaderas víctimas, las mujeres violadas. Pueden leerse estos duros pero reveladores testimonios.


Es necesario eliminar a un niño con deficiencias porque él sufrirá mucho y le ocasio-nará sufrimientos y gastos a los padres.

La Verdad: Este principio, conocido como "aborto eugenésico" se basa en el falso postulado de que "los lindos y sanos" son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no. Con ese criterio, tendríamos motivo suficiente para ma-tar a los minusválidos ya nacidos. Por otro lado, científicamente, las pruebas prenatales no tienen seguridad del 100% para determinar malformaciones o defectos.


El aborto debe ser legal porque todo niño debe ser deseado.
La Verdad: Este es un argumento absurdo. El "deseo" o "no deseo" no afecta en nada la dignidad y el valor intrínseco de una persona. El niño no es una "cosa" sobre cuyo valor puede decidir otro de acuerdo a su estado de ánimo. Por otro lado, el que una mujer no esté contenta con su embarazo durante los primeros meses no indica que esta misma mujer no vaya a amar a su bebé una vez nacido.


El aborto debe ser legal porque la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

La Verdad: Pero no cuando el sentido común y la ciencia moderna reconocen que en un embarazo hay dos vidas y dos cuerpos. Mujer, según definición de diccionario, es un "ser humano femenino". Dado que el sexo se determina cromosómicamente en la concepción, y más o menos la mitad de los que son abortados son "seres humanos femeninos"; obviamente NO TODA MUJER TIENE DERECHO A CONTROLAR SU PROPIO CUERPO.


Con la legalización del aborto se terminarían los abortos clandestinos.

La Verdad: Las estadísticas en los países "desarrollados" demuestran que esto no es así. Por el contrario, la legalización del aborto lo convierte en un método que parece moralmente aceptable y por tanto, como una opción posible que no es igualmente considerada allí donde no es legal. Pero dado que la gran mayoría de abortos no son por un motivo "sentimental", "terapéutico" o "eugenésico", sino por un embarazo con-siderado "vergonzoso", no es extraño que la mujer -especialmente si es adolescente o joven- busque igualmente métodos abortivos clandestinos por la sencilla razón de que una ley, aunque quite la pena legal, no quita la vergüenza y el deseo de ocultamiento. Por otro lado, esta mentira se basa en el mito según el cual los abortos legales son más "seguros" que los clandestinos.


El aborto debe ser legal porque la mujer tiene derecho sobre su propio cuerpo.

La Verdad: ¿Tiene una persona derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Sí, pero hasta cierto punto. ¿Puede alguien eliminar a un vecino ruidoso sólo porque molesta a sus oídos? Obviamente no. Es igual en el caso del aborto. La mujer estaría decidiendo no sobre su propio cuerpo, sino sobre el de un ser que no es ella, aunque esté tempo-ralmente dentro de ella.


El aborto es una operación tan sencilla como extraerse una muela o las amígdalas. Casi no tiene efectos colaterales.

La Verdad: Las cifras desmienten esta afirmación. Después de un aborto legal, aumenta la esterilidad en un 10%, los abortos espontáneos también en un 10%, y los problemas emocionales suben del 9 al 59%. Además, hay complicaciones si los embarazos son consecutivos y la mujer tiene el factor RH negativo. Los embarazos extra-uterinos aumentan de un 0.5% a un 3.5%, y los partos prematuros de un 5% a un 15%. También pueden darse perforación del útero, coágulos sanguíneos en los pulmo-nes, infección, y hepatitis producida por las transfusiones, que podría ser fatal.
Además, cada vez más investigaciones tienden a confirmar una importante tesis médica: que la interrupción violenta del proceso de gestación mediante el aborto afecta las células de las mamas, haciéndolas sensiblemente más propensas al cáncer. Algunos partidarios del aborto incluso han llegado a plantear que el aborto es menos peligroso que un parto. Esta afirmación es falsa: el aborto, especialmente en los últimos meses del embarazo, es notablemente más peligroso. En los países ricos mueren dos veces más mujeres por aborto legal que por disfunciones del parto. Por otro lado, algunas mujeres tienen problemas emocionales y psicológicos inmediatamente después del aborto, otras los tienen muchos años después: se trata del Síndrome Post Aborto.